Quisieron enterrarnos, pero no sabían que éramos semilla
Durante los meses de mayo a septiembre de 2023, vivimos momentos llenos de solidaridad y compromiso en el sur de Chile. Es en este tiempo cuando los árboles deben ser plantados, y cada fin de semana, un pequeño grupo de compañeras y compañeros, movidos por un profundo sentido de solidaridad, viajaron desde Temuco, Curacautín, Pitrufquén y Santiago hasta Ecomemoria para rendir homenaje a cada persona recordada en este bosque, plantando árboles en su memoria.
Para nosotros, cada árbol plantado no es solo un acto físico, sino un gesto de solidaridad y compromiso hacia aquellos que ya no están con nosotros. Con cuidado y dedicación, limpiamos coligues en el terreno y protegimos las bases de los árboles con tubos y rejillas, asegurándonos de que cada uno crezca fuerte y protegido. Algunos árboles fueron donados, otros obtenidos de viveros locales, pero todos ellos cargaban consigo un significado especial, un tributo a la vida y al legado de quienes queremos recordar.
Cada compra, cada carga en la camioneta, cada momento compartido en el terreno, estaba impregnado de emoción y gratitud hacia aquellos que han apoyado este hermoso proyecto. Siguiendo las indicaciones de los especialistas, plantamos con cuidado y precisión, fijando puntos georreferenciados para asegurarnos de que cada árbol encontrará su lugar en este santuario de memoria y ecología.
Con sol o con lluvia, con cansancio, pero también con alegría, este grupo dedicó su tiempo y esfuerzo para alcanzar nuestra meta: llegar al 11 de septiembre de 2023 con al menos 1000 árboles nativos plantados en Ecomemoria. Cada uno de esos árboles es un símbolo de solidaridad, memoria y esperanza para nosotros y para las generaciones venideras.